viernes, 26 de diciembre de 2008

incendiado

la densidad de los días en que me sumo cuando
todo acaba
ese espesor que reproduce las horas
en cámara lenta
pero el tiempo pasa, el sol se pone y el viento
tímido
refresca cualquier resto vital

incierto, enero venidero que predice alguna
superación
y que el pasado se ordene y no ocupe más que
su lugar
y así mis días aparecerán sin pesadas cargas
sin oscuros recuerdos
sin melancólicos deseos

para anunciar un feroz año

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