Tarareo canciones del año pasado y salgo a comprar 20 kg. de tierra con Henrique por caballito, bajo un sol de día de playa -más brasilero o barcelonés que marplatense, no sé bien por qué- y llego a casa a escuchar lo que tarareo. Descubro dublab de Cineplexx mucho más feliz que el año pasado (el disco y hoy también yo). Digo hoy y no pretendo hundir el 2008 en ninguna infelicidad, ni mucho menos. Simplemente, voy averiguando que despertar temprano y desayunar bajo el sol, aprontándome para transplantes, nados, lecturas varias y una cita por venir alegra cualquier día mío. Incluso creo que el sol tiene algo de Uruguay
tal vez porque hoy me dijeron Colonia
o tal vez
porque en 1 semana llega un amigo
oriental. Un amigo de allá
uno viejo y querido
uno de otro tiempo lejano y extraño
un tiempo de fantasía,
otra vida.
Y me pregunto por qué hay días que se deslizan como por un tobogán de agua en un parque acuático de vacaciones, con chicas en bikini paseando sus tetas bajo el sol, mientras otros caen pesados e intransitables como embotellamiento en pleno centro de la ciudad o como una separación nunca querida que lastima cualquier bocanada de aire, algo así como un terrorista al acecho que cada tanto muestra su bomba y provoca el pánico general de la ciudad civilizada y conservadora que ama la calma pacífica de los días iguales e imperturbables y odia todo destello de novedad. Pero: basta de desvaríos, hay sol y estoy tan bien..
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario