lunes, 12 de enero de 2009
tren de sangre
la flores en bolivia son más lindas, más coloridas, más vivas, la gente se ve que las cuida más, o crecen bien solas, o será por el clima más o menos caluroso de todo el año, al menos en cochabamba -no en potosí ni en la paz, cuyas alturas sobre el nivel del mar son un poco exageradas-, donde crecen en cualquier jardín, en cualquier esquina, en cualquier reja de las casas adineradas, en cualquier puesto del mercado de la plaza, puestos que venden unas plantas más lindas, más carnosas y más verdes y violetas. los mercados son la gloria, gente que almuerza a las 10 de la mañana cosas quién sabe qué son, yo sopa de maní (era de fideos con carne y con papa y otras cosas), las cholas -o algo parecido, porque no son cholas en realidad, pero no sé cómo decirles- se pelean para atrapar al cliente que finge decidir qué hacer, o dónde comer, o qué comer, y de golpe se da cuenta que una de ellas ganó y se lo llevó a su mesa y ya le está trayendo un plato de comida que él no pidió pero que de todas maneras se lo comerá y pagará, no más de 7 u 8 bolivianos, salvo el pescado que casi como hoy yo, gracias que se me ocurrió preguntar que a cuánto está y la chola me dice que a 15 y yo me asusté bastante y lo suspendí y lo cambié por esa sopa sin sal que nunca voy a volver a comer, a menos que me lo sirva una chola violenta sin mi consentimiento. hay que saber cómo manejarse en bolivia, y saber qué comer, porque venden unas cosas tan ricas que si te equivocás y elegiste el plato picante o se lo agregaste vos sin pensar qué carajo hacías, perdiste, todo a la mierda, lo tirás o te hacés el loco y te lo comés y sufrís tanto como esas horas en que ridículamente estás sentado en una mesa familiar en la que de haberlo sabido nunca, ni de casualidad, te hubieras sentado, al menos no por tantas horas. pero esto de comprar cositas por la calle es maravilloso, panes rellenos, juguitos en sachet, coquitas personales, salchipapas o salchipapitas: los bolivianos hablan mucho en chiquito, sea quien sea el que hable, a lo más inesperado lo achican y le agregan un cariño sorprendente a lo que dicen o hacen: este tal vez sea mi parecido, el único, con los bolivianos: he sido innumerables veces acusado de hablar en chiquito, y bueno, a mí, creo, me gusta, qué puedo hacer; por lo demás cada vez me siento un poco menos gringo dando vueltas por aquí. el hotel familiar que descubrí al llegar ayer por la mañana aquí, a eso de las 6, es el lugar más lindo en el que alguna vez dormí: baldozas grandes, muy grandes, de colores, plantas en las esquinas y en los pasillos, 2 pisos unidos por escaleras y galerías, puertas viejas de madera y altas que se cierran con un candadito de ropero de vestuario, más de un patio central que inspira a cualquiera a hacer cualquier cosa menos tirarse, comer, coger, leer, escribir, pensar en ella, soñar, mirar el cielo, volver a pensar en ella, tal vez tirarse o llorar o no hablar con nadie, la habitación es la misma que suelo soñar cuando me imagino en ny o en parís, una parecida a la de barton fink, sino la misma (¿era burton o barton?, siempre confundo cosas como éstas, ges y jotas). y la simbiosis con el texto que leo en cada momento que escribo, con la forma en la que está escrito y con lo que viven los personajes, que para mí, obvio, no son personajes sino personas tan reales como yo, puede que más. no sé si a veces me siento poco real o demasiado, irreal o hiperreal, sí sé que sin todavía tener idea de lo que el viscerrealismo es, el concepto me gusta y me parece interesante: realismo visceral.
sábado, 10 de enero de 2009
sufrir por amor o ignorarse
el desamparo que siente
cuando la muerte parece acercársele
cuando la soledad aprieta
y recuerda que sólo es solo
en algunas ciudades
o en algunos momentos
la lejanía del refugio
el acercamiento al fin
hasta que arduamente un rayo
conectivo aparece dando saltos
y lo saca bien lejos de aquel
descenso infernal
hacia las palomas grises de la plaza
fuera, por suerte de la mina inhumana
en ese resquicio familiar
lugar contenedor y compañero
el libro
cuando la muerte parece acercársele
cuando la soledad aprieta
y recuerda que sólo es solo
en algunas ciudades
o en algunos momentos
la lejanía del refugio
el acercamiento al fin
hasta que arduamente un rayo
conectivo aparece dando saltos
y lo saca bien lejos de aquel
descenso infernal
hacia las palomas grises de la plaza
fuera, por suerte de la mina inhumana
en ese resquicio familiar
lugar contenedor y compañero
el libro
viernes, 9 de enero de 2009
potosinas
recién hoy, en potosí, caminé esas caminatas que tanto me gustan por ciudades tan viejas y tan lindas. desde el sábado -salí de retiro a las 20- hasta la madrugada de hoy -llegué a medianoche a potosí con frío y con daro- viajé más horas y pasé por más lugares que en sueños, jujuy, sabina villa, la quiaca, villazón, migraciones, 3 hs, tupiza, tren de pesadillas, uyuni, 4 hs de sueño, daro y javi, tour al salar y alrededores, horas y más horas de viaje en 4x4, mucho frío, comida, frenéticas horas de lsd, mucho más frío y una orgía de 5 rechazada.
así que así, de a poco me voy adentrando en bolivia y en el continente leyendo los detectives salvajes de bolaño. esto es lo que buscaba. estoy contento.
en unos días llega ale a buscarme a la paz. (!!)
así que así, de a poco me voy adentrando en bolivia y en el continente leyendo los detectives salvajes de bolaño. esto es lo que buscaba. estoy contento.
en unos días llega ale a buscarme a la paz. (!!)
jueves, 1 de enero de 2009
la odisea
los meses del 2008 fueron muy largos pero pasaron muy rápido. grandes dosis de vida, muchas cosas nuevas y más movimientos. conocí gente, una gran mujer, más mujeres, pensé y hablé más que en muchos otros años, la verdad se chocó conmigo y empezó a darle forma a mi vida, descubrí caballito -y me econtré con san sebastián- y el teatro. averigué que un cambio de rumbo en mi vida, por haber nacido bajo la égida de la terapia con alejandro, es -o puede ser- más verdadero que muchos otros anteriores, nacidos de arrebatos pseudoprestigiantes y en definitiva superficiales y mentirosos, destructivos y dañinos. y aunque la sospecha siga en pie, puede serme útil para el embarque.
en medio de todo esto siento que me cuesta, y un poco lo entiendo, estar de acuerdo con onetti cuando dice "... la asombrosa seguridad de que no hay respuestas". y es que tal vez, habiendo también entendido que si uno busca la verdad ésta se vuelve inencontrable (casi, diría, por razones obvias: no existe tal verdad, allí, a la espera de ser alcanzada y apropiada), su acercamiento y su más cotidiana presencia en mis días se convierten en respuestas o en simulaciones de respuestas: una especie de reducción de la incertidumbre y del desconcierto.
en fin, si la travesía por el 2008 produjo una organización serena -a veces no tan serena- de mi vida, de algunas ideas y de algunos proyectos, me asusta un poco que haya terminado el año. y, al mismo tiempo, me aleja rotundamente, o eso quisiera, de todo gran temor vocacional o existencial. lo que sigue requerirá de valentía y pasión, de la asunción de riesgos -más- y de la capacidad de asimilar toda zona oscura en el encuentro cara a cara con las verdades que se me acercan y empiezan a contarme de su existencia.
el tren ya partió, y yo, que creía que venía saturado de gente y que mi acceso era bastante restringido (no tenía pasaje y había llegado tarde a la estación), me encuentro ahora arriba, viajando velozmente y avistando los asientos -todos ellos disponibles- de los que apropiarme para fabricar realidad.
en medio de todo esto siento que me cuesta, y un poco lo entiendo, estar de acuerdo con onetti cuando dice "... la asombrosa seguridad de que no hay respuestas". y es que tal vez, habiendo también entendido que si uno busca la verdad ésta se vuelve inencontrable (casi, diría, por razones obvias: no existe tal verdad, allí, a la espera de ser alcanzada y apropiada), su acercamiento y su más cotidiana presencia en mis días se convierten en respuestas o en simulaciones de respuestas: una especie de reducción de la incertidumbre y del desconcierto.
en fin, si la travesía por el 2008 produjo una organización serena -a veces no tan serena- de mi vida, de algunas ideas y de algunos proyectos, me asusta un poco que haya terminado el año. y, al mismo tiempo, me aleja rotundamente, o eso quisiera, de todo gran temor vocacional o existencial. lo que sigue requerirá de valentía y pasión, de la asunción de riesgos -más- y de la capacidad de asimilar toda zona oscura en el encuentro cara a cara con las verdades que se me acercan y empiezan a contarme de su existencia.
el tren ya partió, y yo, que creía que venía saturado de gente y que mi acceso era bastante restringido (no tenía pasaje y había llegado tarde a la estación), me encuentro ahora arriba, viajando velozmente y avistando los asientos -todos ellos disponibles- de los que apropiarme para fabricar realidad.
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